Cuatro cosas en las que los pulpos se parecen a los humanos
¿Crees que entre un pulpo y un ser humano hay poco en común? Los últimos estudios
sobre estos invertebrados revelan algunos parecidos asombrosos. Aquí tienes cuatro:
Manejan herramientas
En 2009, la especie Amphioctopus marginatus de Indonesia se sumó a la lista de
animales capaces de manejar herramientas. Tal como exponía un estudio publicado en
la revista Current Biology, este pulpo suele recoger las cáscaras de coco que caen al
fondo del mar, transportarlas y almacenarlas en un lugar bien escondido pada poder
usarlas como escudo defensivo cuando las circunstancias lo requieran.

Son más listos que el hambre
Para medir la inteligencia de los pulpos, los científicos recurren a experimentos en los
que evalúan sobre todo dos parámetros: su capacidad de aprendizaje y su memoria.
De este modo han descubierto que pueden aprender a distinguir formas geométricas, abrir botes con tapones de rosca y atravesar
complicados laberintos. Por si esto fuera poco, también aprenden observando a sus
semejantes, una característica que se creía limitada a algunos mamíferos y al ser
humano. Y como demostró en un experimento el neurobiólogo Benny Hochner,
tienen un circuito de memoria a corto plazo y otro de memoria a largo plazo. No
en vano, los pulpos cuentan con medio millón de neuronas organizadas en una
compleja red de lóbulos, igual que el cerebro humano.
Andares bípedos
En 2008, veinticuatro centros marinos europeos pusieron en marcha un estudio en el
que trataban de descubrir si los pulpos eran “octidiestros” y manejaban por igual
todas sus patas o si, por el contrario, tenían alguna extremidad favorita. Y lo que
descubrieron fue que usan dos de sus brazos para caminar sobre el lecho marino,
mientras que con los seis exploran e investigan los objetos a su alcance, incluyendo
las piezas de lego y los cubos de Rubik que los científicos les ofrecían en el
experimento. Eso implica que, cuando un pulpo necesita echar a correr, levanta
seis extremidades y usa las otras dos para huir a toda pastilla.
No solo sexo
Durante décadas, los científicos han considerado a los pulpos como seres solitarios y
nada románticos en su vida sexual. Sin embargo, un reciente estudio de la
Universidad de California revela que los pulpos machos no se aparean con la primera
hembra que se cruza en su camino. De hecho, los octópodos suelen rondar durante
varios días a la “chica elegida”, se engalanan con patrones corporales vistosos en
su piel, mantienen a distancia a los rivales, e incluso estrechan amorosamente alguna
pata de su pareja una vez que logran conquistarla.
Revista "Muy Interesante"
Musicofília y "Efecto Mozart"
Musicofília, un nuevo concepto dentro de la psicología descubierto por Oliver Sacks.
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Libro Musicofilia de Oliver Sacks |
Esta nueva y ortodoxa idea explicada por el ya nombrado Oliver Sacks, presenta que la utilización de la música favorece la sociabilización, un todavía mejor crecimiento de los niños e incluso la curación de enfermedades.
Otro concepto más que conocido y respetado por múltiples científicos y psicólogos es el llamado "Efecto Mozart"..
El Efecto Mozart podría considerarse dentro de la musicofília pues son una serie de beneficios obtenidos por el simple hecho de escuchar música compuesta por el mítico compositor Wolfgang Amadeus Mozart.
Aunque dichos beneficios no han podido ser comprobados científicamente este método ha resultado ser más que eficaz para atenuar efectos de enfermedades como el Alzheimer.
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Mozart |
- Ayuda a desarrollar la inteligencia de los niños (para los niños entre 3 y 12 años representa una mejora en la capacidad de razonamiento).
- Desarrollo de habilidades para la lectura y la escritura, del lenguaje verbal, de habilidades matemáticas, de la capacidad de recordar y memorizar.
- Atenúa los efectos de algunas determinadas enfermedades como el Alzheimer.
- El psicólogo, escritor y educador musical Don Campbell (uno de los defensores e investigadores de los resultados del efecto) propone que el niño, desde su etapa fetal, debe ser estimulado musicalmente por su madre. De este modo mejorará su crecimiento, su desarrollo intelectual, físico y emocional y su creatividad. Este efecto también sigue dando buenos resultados durante los primeros cinco años de vida, estímulo capaz de formar seres inteligentes pero además emocionalmente sanos.
Así bien concluyo enfatizando en el continuo beneficio que supone la música en nuestras vidas y haciendo referencia en la necesidad del ser humano por encontrar nuevas vías para la curación de todo tipo de enfermedades.
Por: Felipe Roca
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